lunes, 16 de noviembre de 2015

#CRÓNICA 16 #MUSEO DE ARTE RUPESTRE #ALTA


Terminé de recorrer el sendero admirando la flora de este mágico lugar. 

Me sorprendía verlas florecer en ese clima tan frío. Las imágenes eran tan bonitas, que si entornaba un poco los ojos, podía verlas como hermosas pinturas.







Mi recorrido terminó con la llegada al Edificio del Museo. Era la hora de almorzar. Me senté cómodamente en la silla y comí mientras contemplaba como la lluvia arreciaba, golpeando con fuerza en los grandes ventanales. Luego, recorrí palmo a palmo la sala del museo. Admirando los grabados, las pinceladas de la vida cotidiana del crudo invierno, sus objetos...













"Los grabados rupestres de Alta, indican que éste era un lugar de encuentro religioso a finales de la Edad de Piedra y a principios de la Edad de Hierro, y describen algunas de las creencias que mantenía la gente desde la costa a las regiones del interior. Muchos se reunían en este punto varias veces durante el año, probablemente relacionados con viajes nómadas estacionales y ceremonias rituales.
Estos grabados, que fueron realizados sobre roca dura utilizando una piedra como cincel y otra piedra como cuerno o martillo, atestiguan una cultura de cazadores-recolectores que controlaban manadas de renos, fabricaban barcas y vallas, utilizaban herramientas y equipos de pesca y celebraban ceremonias rituales que incluían la veneración del oso y otros animales sagrados. 

En el Museo también se puede ver una visión de los dioses sami en el grabado Runebommen (tambor mágico)"
Lo admiré en cuanto lo vi y al empaparme de toda su historia, mi imaginó voló. 



Mi vista terminó con una breve visita a la carísima tienda del museo. Hubiera comprado una pequeña reproducción de un grabado, pero el precio era carísimo. Así que me conformé con otro bello recuerdo, un poco más barato.



...CONTINUARÁ...

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