...la oscuridad de la noche me envuelve...las altas columnas se yergen fantasmagóricamente iluminadas por las cálidas luces de los focos...este hermoso templo romano, es mas bello aún de noche que a la luz del sol...me impresiona su grado de conservación, sus líneas, las texturas...
ÉVORA. Tres murallas guardan las estrechas callejuelas de esta ciudad portuguesa de sabor romano y musulmán. Los siglos no le han arrebatado cierto ambiente provinciano en cuya aureola se inscriben más de trescientos monumentos. Por ello, por su permanencia orgullosa e intacta sobre una leve colina, ha recibido la especial protección de la UNESCO, que nombró a esta villa Patrimonio de la Humanidad.
El templo romano, situado en el centro del casco antiguo, de fines del siglo II o principios del III después de Cristo, es el mejor conservado de Portugal. Se compone de una pequeña plataforma de sillería y cantos, la escalinata y más de una docena de columnas de granito con capiteles corintios y entablamento de mármol. No es seguro que estuviera dedicado, como se cree, a la diosa Diana.
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