Bellos recuerdos inundan mi alma cada año por esta fecha. Es época de vendimia. ¡¡¡Cuántos recuerdos vividos en mi infancia!!! Recuerdo también hoy, los textos que escribí en el año 1.999 para mi primera Exposición de Fotografía Individual en el año 2000. Decía así:
Agosto se acaba pero el sol calienta demasiado.
Las vides están repletas y los racimos se amazacotan de uvas almibaradas. El
campesino está contento con la espléndida cosecha de este año.
Muy de
mañana, hay que aprovechar las treguas del
sol, comienza a cortar los racimos y los va colocando en las viejas
canastas.
Todavía
se pueden ver, aunque la marea de plástico lo invade todo con sus llamativos
colores.
Paso a
paso, liño a liño, el fruto es recolectado. El
incansable ir y venir al carro va dejando un montón oloroso, multiforme
de uvas jugosas que se convertirán en vino pocos días después.
En septiembre de 2008 volví a tener el placer de estar junto a los vendimiadores. Esta vez, en el Aljarafe sevillano, en Villanueva del Ariscal. Todo un placer los días que viví junto a la familia dueña de esta increíble bodega. Os dejo el audiovisual que realicé sobre esos momento sentidos en el campo, en el lagar, en la bodega...
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