Era nuestro primer día en este hermosísimo país. Con el cansancio aún acumulado por las muchas horas de viaje, empezamos nuestros primeros pasos en Negombo cambiando los euros por rupias, porque aquí era dónde estaba el cambio mejor. Nos comentaban que para hacer los cálculos mas rápidos, podíamos hacer la comparativa con las desaparecidas pesetas. Así pues, una rupia equivalía mas o menos a una peseta. Con cierta curiosidad, íbamos pasando por la ventanilla y acabábamos sorprendidos por el fajo de billetes de mil rupias que nos dieron al cambiar unos trescientos euros.
¡¡¡Parecía que con tantas rupias íbamos a poder comprar mucho!!! Yo observé que todos mis billetes eran de mil rupias. Al poco tiempo, ya me pude dar cuenta que para el turismo, este país es muy caro. Para mi, casi el mas caro de todos los que he visitado. A lo largo del viaje le he llamado ¡¡¡SRI LANKA, TODO A MIL!!! Cada vez que habría mi monedero, era para sacar uno de esos verdes y bellos billetes. Por supuesto que no he comprado mucho y sólo me he traído algún billete de 10 ó 100 rupias como recuerdo de este maravilloso, pero caro viaje.
¡¡¡Parecía que con tantas rupias íbamos a poder comprar mucho!!! Yo observé que todos mis billetes eran de mil rupias. Al poco tiempo, ya me pude dar cuenta que para el turismo, este país es muy caro. Para mi, casi el mas caro de todos los que he visitado. A lo largo del viaje le he llamado ¡¡¡SRI LANKA, TODO A MIL!!! Cada vez que habría mi monedero, era para sacar uno de esos verdes y bellos billetes. Por supuesto que no he comprado mucho y sólo me he traído algún billete de 10 ó 100 rupias como recuerdo de este maravilloso, pero caro viaje.
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