domingo, 6 de marzo de 2011

MARROQUI

...al llegar al palmeral, él estaba allí...iba a guiarme por el interior de ese maravilloso espacio vegetal y por la vida de los lugareños, al frescor de los canalillos de agua que lo surcan...mi caminar era lento y sus explicaciones amplias...a cada recodo, me sorprendía con las imágenes... el clic de mi cámara, rompía el silencio...al salir de ese vergel, mi pie se torció y un lamento salió de mi boca...quedé sentada en aquel lugar...era consciente de la gravedad del mal paso...siempre le agradeceré el cuidado y amabilidad que puso en las dos horas siguientes, hasta que logramos llegar al hotel...

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