Cuando los últimos rayos de sol acarician el polvoriento albero, se inicia la noche en la feria. Los caballos y los enganches abandonan el recinto del Real para descansar de la agotadora jornada. Es entonces, cuando las miles de bombillas iluminan la Portada y las distintas calles. Los farolillos de colores y sus correspondientes bombillas, dan un cálido color naranja, al negro de la noche.
Comienza la noche en las distintas casetas. En ellas se reúnen los amigos y familiares para tomar unas copitas de fino o manzanilla. El cante y el baile continúa hasta el amanecer. La noche la suele cerrar, el tradiconal chocolate con churros o los riquísimos buñuelos, que con mucha destreza, preparan las gitanas buñueleras.
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