...pasear por las calles de cualquier ciudad turca, en una maravillosa sensación para todos los sentidos...descubrirlos a ellos, todo un acontecimiento para mi, que me llevaba a mi infancia en el pueblo...creo, que tengo fotografiados a muchos de ellos y no a todos, no por falta de ganas...aún andaba en la era analógica...llevaba mis dos cuerpos de cámaras, uno con carrete de blanco y negro y la otra con diapositivas...luego, los volví a encontrar en otros países y seguí disfrutando de su presencia...
Adentrarse en la ciudad es reencontrarse con otra época y otro mundo. Mezquitas de franjas blancas y negras, vendedores, limpiabotas, carteles indicativos por todos partes, aguadores y un sinfín de tenderetes en los que se puede comprar de todo, nos embriagan de un ambiente singular, empujados a andar con la muchedumbre sin rumbo fijo, mientras unos vocean, otros cantan y algunos rezan.....
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