Esperaba con ansiedad que llegara el mes de julio, aparte de las vacaciones, por los encuentros musicales que se hacían en Mairena, entre el Son Cubano y el Flamenco. Durante años, disfruté mucho con la fusión de estos dos estilos que parecían encajar de maravilla al fundirse. La maestría de los cubanos tocando las maracas, me ha fascinado. Tuve la oportunidad de oirlos en directo en La casa de la Trova en Trinidad (Cuba). Por eso, oir los sones cubanos sobre todo de Compay Segundo, me trasladan a la bella isla caribeña.
jueves, 22 de diciembre de 2011
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