Hacía mucho calor cuando llegué a Puerta Jerez. Eran las cuatro de la tarde del Lunes Santo. Me dí una vuelta envuelta en el intenso aroma a azahar y los sonidos de tambores y cornetas. Aún se podía pasear por la calle, sin aglomeraciones. La disfruté.
Llegué a la calle Placentines. Pronto descubrí que ese lugar, que tanto disfruté el año pasado, este año estaba tomado por las "orejeras rojas". Mi primer uffffff ... de la tarde.
Seguí caminando y la decisión estaba tomada. Eran las cinco de la tarde. Mi lugar estaría en la esquina del Bar Gonzalo. La luz era fuerte a esa hora de la tarde, pero prometía ser buena al paso de la cofradía. Abrí mi silla y me senté. Al momento se situó a mi derecha y junto a mí, una pareja de chicos extranjeros que acabó sentándose en el suelo, a la sombra. Un metro a mi izquierda, un grupo de unos ocho jóvenes, chicos y chicas, bien preparados para la espera, con sus sillas, las pipas, los refrescos... No había pasado ni diez minutos, cuando en el espacio entre ellos y yo, se situó una pareja del norte. Detrás mía, una mamá con una chica adolescente, con sus maravillosas gafas de espejo y su hijo de unos siete u ocho años. Entre charlas y risas, la espera se hacía cada minuto mucho menor. La calle empezó a estar tomada por la multitud.
Antes de la hora prevista, los sonidos de la banda me animaron a levantarme y ver que ya empezaba la Hermandad a recorrer los últimos metros que la separaban de mi esquina. Plegué mi silla y me dispuse a dejarme llevar. En pocos minutos otro de mis uffff ... Imposible grabar cinco segundo seguidos, sin que pasara delante de mi objetivo, una cabeza, un móvil, una botella de agua... A pesar de todo, disfruté!!! Espero que en el vídeo puedas encontrar parte de la esencia de esa hermosa Hermandad a su paso por mi esquina!!!
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