lunes, 20 de septiembre de 2010

PÚSHKAR. INDIA.

...llegar al caer la tarde a las calles de este pueblecito, fué genial...había hecho muchos kilómetros...pero en cuanto sentí las primeras miradas, la magia del lugar se apoderó de mi alma...la sonrisa de la señora, que con mimo, pintaba enmedio de la calle, el chico de ojos enormes, que intentaba venderme las pulseras, el tiempo pasado en lo alto de un desván, mirando cojines a muy buen precio, el regateo...la visita al maravilloso templo del Dios Brahma, con sus monos moviendose intranquilos cerca de mi, el atardecer en los ghats sagrados de su lago...
...y a la mañana siguiente, esta imagen me llenó de sorpresa...el monzón había caído desde las cuatro de la madrugada sin parar y a las nueve, el agua llegaba en catarata al lago...he tenido la suerte de verlo  bastante lleno, porque me contaron, que en los últimos tiempos, estaba seco y los peregrinos no podían hacer en él sus rituales... 

PÚSHKAR. Los hinduístas creen que los dioses dejaron libre un cisne con un loto en el pico. Allí donde el cisne dejara caer el loto, el dios Brahmā de cuatro cabezas, haría un gran iagñá. El sitio donde cayó el loto se denominó Púshkar. Está situada a 14 km al noroeste de Ajmer y es uno de los cinco dhams, lugares sagrados de peregrinaje para los hinduístas devotos.
Es una de las ciudades más antiguas en la India. Asentada a orillas del Lago de Púshkar, se desconoce su fecha de fundación. En los Puranás, textos sagrados del hinduísmo, se dice que el dios Brahmá hizo penitencia durante 60 000 años para poder contemplar brevemente al Radha Krishna (Dios hindú). El lago  tiene 52 ghats donde los peregrinos se sumergen para bañarse en las aguas sagradas. Acoge infinidad de templos.  El más famoso de todos es el Templo de Brahma, que data del siglo XIV.

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