Lunes, veintisiete de julio de dos mil quince. El sonido de la música del móvil, me despierta. Abro los ojos y veo la intensa luz que entra por la ventana. Tengo la sensación de que me acabo de acostar. Son las cinco y media de la mañana. Muerta de sueño me levanto y empiezo con la rutina mañanera, aseo, desayuno... que concluyo, una hora y media más tarde, con el cierre de la maleta, el abandono de la habitación del hotel y la entrega de la llave, mejor dicho, de la tarjeta.
Me dirijo al Aeropuerto de Helsinki, para tomar el vuelo a Rovaniemi. En esta ocasión, me toca hacer la facturación del equipaje, a través de unas máquinas, que me proporciona más de un dolor de cabeza, porque el nombre o los apellidos, no están correctos.
Vuelo con la compañía Norwegian. El embarque lo realizamos a las 9:45 por la puerta 17. El vuelo salió a las 10:15 de la mañana. La duración fue de una hora y cuarto aproximadamente. A mi me gusta ir en pasillo, pero esta vez, me tocó en el asiento de en medio. La animada charla con Lourdes, hizo corta esta hora.
Y... cuando llegué a la cinta a recoger mi maleta....
...me encontré con esta sorpresa...
Al salir del aeropuerto, el día estaba nublado y lloviendo. Ya estaba en la Capital de la Laponia Finlandesa, en el pueblo de Papa Noel. Los renos del Aeropuerto, el frío y la lluvia, me trasladaron en ese mismo instante, a la Navidad.
...CONTINUARÁ...
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