#CRÓNICA 8. #LUOSTO #LAPONIA #FINLANDIA

Terminada la visita a la casa de Papa Noel y concluido el almuerzo, me dirigí a la ciudad de Rovaniemi. La lluvia caía con tanta intensidad, que era prácticamente imposible pasear por sus calles. Pero aún así, me dí un paseo. El agua golpeaba los cristales de las ventanas, los escaparates... Mis zapatos de agua, pasaron sobradamente la prueba, al caminar sobre el acerado inundado por una enorme riada.

Desde Rovaniemi recorrí por carretera los 116 km  que me separaban de Luosto. El paisaje a lo largo de esos kiómetros, era intensamente verde. Las gotas de lluvia en las hojas de los árboles, las hacía mas brillantes. Bosques y más bosques, que en cada recodo del camino, me sorprendían.

Luosto, un pequeño pueblo situado a 110 km al norte de Rovaniemi, tiene una población de unos  200 habitantes en invierno y menos de 100 en verano. Está situado en el corazón del Parque Nacional de Pyhä-Luosto. Esta zona cuenta con unas montañas que hace dos mil millones de años, eran tan altas como los Alpes. 

El llegar a mi destino, me encontré con mi Hotel. Era confortable. Me gustaba su estructura de madera, el color de sus plantas... Dejé las maletas en mi habitación que tenía una terraza con bellas vistas al bosque de abedules, cogí mi paraguas y me perdí entre los árboles. 

Seguía lloviendo con intensidad, así que el paseo bajo la lluvia no fue muy largo. Disfruté del intenso aroma a tierra mojada, del sonido del viento entre las ramas y como no, del verde bosque de abedules.

La reconfortante ducha dio paso a la cena. Y en ella, empecé a conocer a los compañeros de viaje de Esquivias (Toledo) Pilar, Ramón, Boni y Jacin.  Una agradable tertulia mientras degustábamos la carne de reno. Cuando me acosté, seguía siendo de día y así permaneció toda la madrugada.

...CONTINUARÁ...