jueves, 24 de agosto de 2017

CRÓNICA O. VIAJE A #POLONIA. EL PLACER DE COMPARTIR CON AMIGOS

CRÓNICA 0. VIAJE A POLONIA.


Cada año, como ya he comentado alguna vez, pasado el puente del Día de Andalucía, a finales del mes de febrero, me gusta empezar los preparativos de mi viaje de verano. 

Finalizado el puente, me pongo manos a la obra. ¿Con quién, a dónde, cuándo, cuánto tiempo...? Poco a poco, voy dando respuestas a estas cuestiones. 

Con quién y dónde, van siempre de la mano. Cada año y dependiendo de las circunstancias personales y económicas, viajo con distintos amigos/as. Tengo mucha suerte, porque no es fácil tener amigo/as que sean buenos/as compañeros/as de viaje.

Este año, desde los primeros días de febrero, ya estábamos Isabel y yo hablando de viajes. Una semana después, el 7 de febrero, ya habíamos acordado ir a Polonia. Empezamos a mirar catálogos teniendo en cuenta el tipo de viajes que nos gusta hacer y pronto, encontramos uno que nos gustó. 

Como cada año también, tuvimos que esperar a que pasara la Semana Santa para que las agencias  de viajes recibieran los catálogos y se centraran en los viajes de verano. Este viaje lo gestionaría Isabel con la agencia que ella suele viajar. A mí, me venía genial porque ha sido un intenso año pleno de trabajo. 

A finales de abril ya teníamos contratado el viaje. Ambas estábamos muy ilusionadas y disfrutando ya con los lugares a recorrer y las experiencias a compartir.

En este punto del relato, hago un inciso porque quiero recordar unos viajes muy especiales, para que podáis entender porqué  mi viaje por Polonia, ha sido tan especial. 

En el año 2002 viajé a Túnez, un fascinante país en el que tuve la suerte de recorrer y visitar múltiples lugares y monumentos, entre ellos: Souse, Eljem, Sfax, Gabes, Jerba. Erriadh, Houmt Soud, Matmata, Tamazret, Desierto Douz, Chottel DjeridChebika, Tamerza, Tozeur, Neftá, Gafsa, Sbeitla, Kariouan, Túnez, Cartago, Sidi Bou Said, LaGoulete y Hammamet.

Lo mejor de ese viaje fueron los compañeros/as que encontré. Maite y Juan viajaban con sus gemelos de 20 años: Oriol y Guillén, Sonia viajaba con una amiga, Antonia y Maritxel viajaba sola, Sergio con Jose, etc. Un grupito de personas que logramos formar un buen equipo de viaje y que hoy, al ver de nuevo esta foto, he vuelto a recordarlos a todos/as.


En aquellos años, yo viajaba con dos cuerpos analógicos de cámara réflex. Uno de ellos, con película en blanco y negro que luego revelaba en mi laboratorio y el otro, con diapositivas. 

En ese viaje empezó mi amistad con Maite y Juan y con Sonia y ahí comencé a aprender y entender las primeras palabras en catalán. Este año estamos cumpliendo 15 años de esa hermosa amistad que ha ido creciendo cada día. 

Luego, Sonia y yo tuvimos la oportunidad de viajar en 2006 a Marruecos y posteriormente viajé con Sonia, Maite y Juan, a Laos y Camboya en 2007. Desde entonces, no hemos vuelto a viajar juntos, pero nos hemos encontrado en Barcelona y Sevilla muchas veces y seguimos disfrutando de nuestro cariño.

En el año 2004, mis pasos se encaminaron a otro de los países que siempre tuve muchas ganas de conocer, Turquía. Otro maravilloso viaje en el que recorrí y visité muchos lugares del país como Bursa, Pérgamo, Esmirna, Éfeso, Pammukale, Afrodisias, Antalya, Aspendos, Konya, Karavanseray, CAPADOCIA: Goreme, Ortahisar, Valle Palomas, Urgup, Valle de Derbent, Avanos, Ozkonak, Valle de Zelve, Valle de Kiizilçku, Gavusin, Ankara y Estambul.

En ese precioso viaje conocí a Rosi y Jose y a Conchita y Jordi, que desde entonces, hace 13 años, forman parte de mis amigos catalanes.

Con Rosi volví a viajar en el 2010 a la India y en 2012 a Armenia y con Conchita y Jordi en 2011 a Guatemala.


Hacía cinco años que no volvía a Barcelona y que no viajaba con mis amigos. Los echaba mucho de menos.

Después de estos intensos y emotivos recuerdos, continuo con la preparación del viaje a Polonia. Isabel y yo ya teníamos contratado el viaje a final de abril. Unos días después, Rosi y yo hablamos por teléfono, le comenté el viaje y la animé a venirse. A ella y a Segi les gustó. En unos días decidieron que se apuntaban. La alegría era inmensa. 

Pasados unos días, hablé también por teléfono con Conchita y le dije que se animara a venir a Polonia, que Rosi también iba. A los pocos días, me llamó diciéndome que sí, que ella y Jordi también iban. No me lo podía creer. Al fin íbamos a compartir unos maravillosos días de viaje. 

A partir de entonces, los días pasaron rápidos y al fin llegó el día de nuestra partida. A las 10,30 de la mañana, del día 24 de julio de 2017, nos fundíamos en el aeropuerto de Barcelona en un cariñoso abrazo colectivo Conchita, Jordi, Rosi, Sergi y yo. Esa mañana fue maravillosa y aunque el vuelo se retrasó unas horas, a mi ya no me importaba. Volvía a sentir el calor de su cariño.

Al aeropuerto llegué con Isabel, la amiga con la que este año viajaba y que conocí en el viaje a Laponia en el 2015. Pero las sorpresas en este viaje no habían terminado. En ese viaje a Laponia, también conocimos a Montse y Javier y casualidades de la vida, habían decidido ir a Polonia haciendo el mismo viaje que nosotras. ¡¡¡Era increíble!!!


Aún sigo sin poder creerme que este 2017 me esté deparando tantos y tan emocionantes encuentros en los que la felicidad es una constante.

A mí, viajar por Europa no me fascina, prefiero conocer otras culturas diferentes y perderme por Birmania o Etiopía, pero este año viajar a Polonia, tenía el mejor plus que yo nunca hubiera podido imaginar.

Los días que hemos pasado conociendo las bellas ciudades polacas, se nos han hecho bastante cortos, pero cada día hemos podido acostarnos y levantarnos, con la alegría de compartir juntos, momentos inolvidables.

En este viaje también hemos conocido a otros compañeros/as de viaje. El tiempo dirá qué tipo de relación se desarrolla con ellos/as.

El día 1 de agosto volví de Polonia. Pero como suelo hacer siempre que viajo desde Barcelona, a la vuelta del viaje, aprovecho y me quedo algunos días para poder abrazar y compartir algunos días con mis queridos/as amigos/as.

Este año estaba la suerte a mi favor. Pude estar con Maite y Juan y abrazar a sus gemelos que ya son unos chicos de 35 años, con su hija y sus dos preciosos nietos que aún no conocía. 

Al día siguiente en casa de Maite vivimos otros momentos muy emocionantes. Sonia venía con su marido Ramón y con su precioso hijo de 5 años que yo por fin iba a conocer. También nos acompañó en el almuerzo Montse, una de las amigas de Juan que conocí en el viaje a Laos y que también es amiga mía. 

Todo había sido perfecto. Mucha suerte y magia en todas las cosas bellas que me están sucediendo en este año 2017. Es el año del ENCUENTRO.

Yo siempre digo que los viajes los disfruto un año completo: antes del viaje, mientras lo preparo, durante porque me encanta perderme por los países, las ciudades, los pueblos... y después, porque sigo viviéndolo con las fotografías, los vídeos y al escribir en este blog, las crónicas del viaje.


Gracias a todos/as por este genial viaje. A todos, queridos amigos/as el más cariñoso de los besos y abrazos. Os quiero.

...Continuará...

1 comentarios:

Magdalena Pastor Noguera dijo...

Tus crónicas de viaje enganchan. Estoy preprada para el siguiente capítulo

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