Continué por la carretera rodeada de hermosos paisajes. Los renos parecían salir a saludarme. Me gustaba verlos caminar por el asfalto de la carretera y saltar... Todos eran tan diferentes!!! Algunos pequeños, otros de más edad, y sus colores, también me sorprendían, tanto como sus cornamentas.
Pasé por Ivalo y continué camino hasta la siguiente parada, en un lugar que me encantó y que lleva por nombre Myössäjärvi. El paisaje era tan bello y relajante, que me hubiera quedado allí más tiempo. Me gustó muchísimo este gigantesco árbol, con sus ramas desnudas. Disfruté del reflejo simétrico de las rocas en el agua, del verde intenso...
Este lugar contaba también, con espacios para el descanso, comida... Una parada muy agradable que me hizo retomar energía para las múltiples vivencias que me esperaban en ese largo día.
...CONTINUARÁ...
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