#Crónica 33 de #Andenes a #Hennigsvaer.
Después del descanso, el almuerzo y el recorrido por Andenes, tocaba de nuevo ponerse en marcha. El paisaje seguía siendo impresionante, aunque ya pocas cosas me resultaba novedosas en ellos. El camino se hacía largo entre risas y comentarios, pero nunca pesado.
Nuevamente las montañas con su nieve, el verde de la vegetación, las nubes grises, el agua, siempre el agua...
Y entre los grises, esta maravillosa tonalidad que adquiría de vez en cuando el agua, me reconfortaba.
El agua en forma de cascadas, también me regalaba bellos y plácidos entornos, salpicados de pueblos lejanos...
A ratos, como ya era habitual, el sol le ganaba la partida a las nubes y sus bellos reflejos en el agua, acaparaban toda mi atención y daba paso a la esperanza de ver el cielo azul.
Kilómetro a kilómetro, me acercaba a mi nuevo destino: Henningsvaer.
...CONTINUARÁ...
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